jueves, 5 de septiembre de 2013


CONCLUSIÓN:

El sujeto nace narciso y hedonista. El hedonismo dificulta la aceptación de los límites que la realidad impone y hay que superarlo con disciplina, con FUERZA de voluntad. El narcisismo a su vez, trae dificultades de socialización; en la medida en que el otro no existe más que como una prolongación de sí mismo  para su propia satisfacción  y a eso le llama “amor” o como imagen en la que proyecta lo que desprecia de sí y se manifiesta como odio. Pero en ambos casos no se da el reconocimiento del otro como “diferente” de sus proyecciones, e independiente de sus deseos.

La educación como transmisión de valores, tiene por objetivo: enseñar disciplina para ponerle límites al placer y “respeto por el otro”. Este proceso se inicia a los 3 meses cuando se “organiza” al bebe en la alimentación suprimiendo el tetero de la noche. Continúa no respondiendo a sus demandas cuando son injustificadas, por ejm: cargado o compañía. Así aprende que su deseo no es “omnipotente” y no basta para crear la presencia de la madre, pues esta tiene voluntad propia y “otros” compromisos a los que debe responder; él no es “lo único” en su vida. Luego viene el control de esfínteres, los hábitos de comida, higiene, juego, etc y el control del carácter que hacia los 3 años se vuelve terco, dominante, sucio y rabioso. Después viene el ingreso al jardín con nuevas exigencias de disciplina y convivencia.

Si en este proceso el sujeto opta por no acatar la autoridad y esta no es lo suficientemente fuerte para “imponerse”, está ausente o es perversa y da mal ejemplo, la educación no se cumple y el sujeto queda a merced de su instinto Thanatico (de muerte). El principio de placer y el narcisismo impedirán la “integración” de la personalidad y la adaptación social y las consecuencias no se harán esperar: el fracaso escolar, el rechazo social y una vida desordenada y caótica en todos los frentes, le harán ver las diferencias con los pares que llevan un desarrollo sano. Entonces buscara en otros la aprobación que compense el rechazo que siente por sí mismo e intentara llenar su fracaso personal con “cosas” que lo hagan ver “valioso”. En adelante su narcisismo se verá fortalecido por esta opción, por la “imagen”  vs lo real (el ser, el Yo); que se manifiesta en su Ego-centrismo, Ego-ismo, Ego- latría. En este contexto, la “conciencia” tiene dos opciones: “la hipocresía”  para aparentar ser buenas personas, lo que está muy lejos de ser cierto por la exigencia que serlo representa, o la “debilidad mental”, hacerse el de la vista gorda y “justificar” con sofismas y calificativos engañosos su opción por el mal y así evitar la culpa que experimenta como una sombra que lo persigue.

Gracias a su “debilidad” de carácter producto de la falta de “autoridad” interiorizada: ausencia de FUERZA de voluntad y de LEY (conciencia), de principios que pongan orden en su vida, no podrá desarrollar la inteligencia como aprehensión de la realidad y su personalidad por falta de un Yo que le dé estructura, será “desintegrada”. Se refugiara en la fantasía y en el mundo de la imagen (Ego), en lo IMAGINARIO. El que no reconoce al otro y lo otro (cosa), queda por fuera de la realidad, en UN MUNDO DE MENTIRAS, para ser más exacto: “de mentiritas”. Vivirán un cuento que no se creen, pero quieren hacer creer a los otros y buscarán en el otro impredecible y cambiante (hoy uno y mañana otro), la aceptación que su conciencia no les ofrece, pues como sombra o espejo, les confronta con lo que son: nada, vacios de ser, muertos vivientes. Por eso se convierten en AMOS, porque sin el otro (que haga por ellos lo que su pereza no les permite, ser para ellos la ley que ellos no acatan, que los admire para compensar el desprecio que sienten por ellos mismos)  son nada.

Estos cínicos que optan por el mal (la muerte, la pulsión Thanatica), evitan el conflicto que la conciencia les genera “justificando” ante otros con calificativos engañosos y sofismas, lo que saben que está mal y así evitar la censura social. Pero no por eso encuentran paz, no podrán vivir tranquilos porque las consecuencias de su mala decisión, no se harán esperar; pues la realidad no se deja engañar. Entregarse al placer escamoteando el sano juicio, les traerá problemas: de salud, por no tener hábitos sanos en la alimentación, que termina generando gastritis, ulcera, diabetes, hipertensión, entre otros; una sexualidad desordenada, trae problemas que incluso  limitan la vida sexual; dejarse llevar por la pereza, conduce a problemas económicos con todo tipo de consecuencias personales; no controlar la agresividad, no solo pone en riesgo la integridad física sino las relaciones familiares, laborales y sociales que termina por aislarlos. De tal manera que la tan anhelada PLACIDEZ (paz y tranquilidad), nunca llegara; al contrario, evitarse el conflicto de combatirla, conducirá al sujeto a problemas interminables que hundirán su vida en una catástrofe, en un caos lleno de frustraciones. Nuestra naturaleza nos inclina al mal, a lo que nos hace daño y lastima a otros; pero solo quienes la combaten decididamente, sin ambivalencia, sin pausa y sin tregua, minuto a minuto; logran hacer de su vida un proyecto satisfactorio que les traerá  armonía y paz en el alma.

Pero los esclavos de la muerte que quieren convertirsen en amos de la vida, son brutos porque desconocen la realidad a la que no pueden aprehender y agresivos porque no toleran la frustración que esta impone, al poner límites al deseo; entonces se vuelven BRUTALES y su único lenguaje es el de la violencia; mediante ella descargan la ira que les ocasiona la frustración de que las cosas no sean como ellos desean y quieren IMPONER. De tal manera que esta (la violencia), no es el resultado de la pobreza; sino de la falta de autoridad, de una ley (interna o externa) que imponga orden (interno o externo).

“En el principio era el caos y Dios dijo…”, empezó a ordenar. Metáfora bíblica que nos indica que en el principio era la muerte; pero si hacemos una opción por la vida, es necesario poner las cosas en su lugar y sobre todo a las personas. Al sujeto que no ponen en su lugar, se cree Dios y en su Ego, en su narcisismo, desconoce al otro al que violenta por el solo hecho de borrarlo, de desconocerlo, de actuar como si no existiera y pasar por encima de él haciendo “su voluntad”, muchas veces en contra de la voluntad y derechos del otro, a quien atropella.







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